En 1975 el ciudadano español medio era una persona educada, con respeto a los demás. Empezaban a preocuparse por el bienestar social, por los derechos que tenían anulados por la dictadura. Con la muerte del dictador, España entra en un cambio radical de nuevas libertades y derechos. Libertades y derechos a los que los españoles no estábamos acostumbrados.
De la noche a la mañana podemos gritar libertad, podemos manifestarnos en la calle, vemos esas ansiadas libertades que tanto se han echado de menos. Pronto tenemos conciencia de burguesito malcriado y enseguida exigimos nuestros los derechos. Con esta nueva conciencia han crecido y se han educado las generaciones siguientes.
Se ha creado un problema bastante grave. Esa educación ha enseñado a la sociedad que todos tenemos unos derechos que nadie nos puede quitar, pero se nos ha quedado en el tintero, que para poder tenerlos, tenemos que cumplir nuestras obligaciones. Se ha adoptado una actitud de comodidad y de victimismo que es más que indignante. Estamos acostumbrados a que nos hagan todo por nosotros, manejen todo tipo de situaciones y problemas (que nos afectan), mientras que miramos el último modelo de las Adidas 3G.
Bajo mi punto de vista, este ha sido también, el problema de la gestión de los Gobiernos. Nos hemos querido adentrar en una nueva sociedad, equipararnos a un nuevo modelo. Mirarnos en sociedades, economías y estructuras más fuertes que las nuestras.
Un gran ejemplo de esta situación, es la entrada del euro en España. Con esta entrada España iba a tener una moneda más poderosa, que iba hacer frente al dólar ayudándose de la economía de Alemania, Francia, Italia (los países con herencia estadounidense después de la Segunda Gran Guerra). Sin embargo, pronto vimos una subida de los precios por el redondeo. Lo que antes costaba 25 ptas. (0,15€) ahora cuesta 0,25€. El redondeo también se produjo en los salarios. Quien cobraba 100.000 ptas. pasó a cobrar 600,00€ y el que cobraba 200.000 ptas., 1.200,00€. Pero aquí se quedó, quien con antes tenía un sueldo decente, que eran las 100.000 ptas., veía que con el nuevo euros no podía hacer ni la mitad de cosas que antes, bueno sí, trabajar lo mismo para seguir ganando eso.